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Día a día con pequeño Dante

Echaba de menos el día a día con un gatete en casa, aunque sigo notando la ausencia de Líah. Pero ella ya tiene su casa, con mis padres, y los tres son felices juntos, así que hubiera sido un acto de puro egoísmo traérmela aquí.

Dante debe estar unas semanas aislado de otros gatos, porque aún es demasiado pequeño para sacarle sangre y hacerle el test de la inmuno y la leucemia. Pero estoy deseando que pasen estos días y puedan conocerse. Líah nunca ha jugado con otros gatos, y si le da la oportunidad creo que podrían llevarse muy bien y pasar buenos ratos juntos los fines de semana que pasemos en Zamora.

Entre tanto, Dante va creciendo poquito a poco, echándose sus siestas siempre cerca de nosotros, regalándonos su cariño desinteresado e inocente. Se hace querer con solo estar, con solo existir.

Dante

Después de unos días fuera de juego por culpa de una infección de ojos, llega el momento de presentar al nuevo miembro -sorpresa- de la familia.


Se llama Dante, y se cruzó en nuestra vida cuando menos lo esperábamos: en una noche de sábado, de camino a una cena familiar. Estaba asustado y maullaba mucho. No podíamos dejarlo ahí, así que se vino con nosotros.


No ha tardado en coger confianza y se mueve por la casa como si llevara aquí toda la vida. Aún le cuesta usar el cajón de arena, pero estamos intentando enseñarle con premios gominolosos y con paciencia. Por todo lo demás es un gato estupendo: mimoso como él solo, alegre y dormilón.


Hemos tenido mucha suerte en encontrarnos. Bienvenido a nuestra vida, pequeño Dante.

Con buena música todo se hace mejor :)

Las casi dos horas de paseo diario entre idas y venidas del trabajo se llevan mejor con la voz del Drogas en los auriculares.