Opinión Información Contacto


Días en el campo

He regresado unos días a la casa del pueblo para cuidar a Líah, que la vamos a llevar a esterilizar esta semana y tiene que coger unos gramillos para ir fuerte a la operación. No era mi intención -antes de saber lo de Líah- estar estos días por aquí, pero hay ciertas cosas que llegan sin planificar y que no podemos evitar y, en esos casos, lo mejor que podemos hacer es intentar disfrutarlas en la medida de lo posible.

Así que aquí me hallo, pasando tiempo con esta croquetita gatuna, durmiendo poco y haciendo muchas cosas; entre ellas, cebar a Líah con vitaminas y reconstituyentes, y con la mejor variedad de delicias mininas que encontré en Carrefour. Pero también he tenido tiempo para preparar un nuevo artículo para Bugui, escribir una entrada para mi blog de marketing, hacer algo de deporte, ver vídeos de Vaughan y leer. Todo ello -bueno, menos el deporte- con ella a mi lado, hecha una rosquita sobre la cama. Es difícil, por no decir imposible, poder quererla más.

Por favor, que todo salga bien...

 

 

  

 

Balboa, otra época y otros paisajes

Este fin de semana hemos estado en Balboa, una pequeña localidad al oeste de El Bierzo, casi rozando la frontera con Galicia. Había oído hablar de sus pallozas, pero no me esperaba encontrar aquella naturaleza tan acogedora, tan integrada en el pueblo que daban ganas de quedarse a vivir ahí. 

El verde intenso de la vegetación y la decoración de algunas de las casas me recordaban a los paisajes que vimos en nuestro viaje a Canterbury y, por algunos momentos, dejé de sentirme cerca de casa y me dejé volar.

Supongo que cuando llegue el invierno, con sus nieves, la naturaleza dejará de ser acogedora y se convertirá en algo menos que implacable. Pero eso ahora poco importa. A cada momento, lo que le corresponde.